miércoles, 28 de noviembre de 2012

EL NIÑO

Tengo un crujir de pueblo
en la garganta.

Suena su música,
una voz que surge
de existencia y polvo,
derrotando lo que
ya nunca más será
de nadie.

Un niño juega.
Suena la calle.
Un niño juega
en mi garganta.

Llora la lágrima eterna
de ser hombre.
Crujen sus ojos
como espuma cenicienta.

Suena la calle.
Un niño llora
y nos tolera las verdades.
Cómo suenan
mis venas
que se atan al abismo.

Llevas la vida llorando.
Tu vida es una lágrima
perfecta.