lunes, 4 de mayo de 2009
NO HAY MÁS
Sí, nena, te encontré,
después de buscar,
y buscar,
y herir,
y soñar.
Y me sentí como sueño,
junto a una vela,
comiendo caviar,
en mástil apoyado
el fuego limpio
purifica.
Con ritmo, sí,
parado en un simple segundo,
me muero por mentir,
todo lo que hablo
y no acabo.
Sencillamente acabé acostumbrado,
en soledad clavado, y feliz,
y llorando por limpiarme,
y sudando por no llorar,
hablando.
Por suerte, me queda la vida,
desesperada pero fiera,
feliz, en fin, que más
por qué desgastarme
al llorar.
Necesito un motivo, o no,
sencillamente estoy,
sencillamente siento,
necesito un motivo, no.
Al relajarme, al pensar,
al acostarme, al soñar,
al levantarme, te veo sonreir
y me vuelvo a mojar.
Pero agusto, sí, lo admito,
necesito conseguir
la verdadera mentira,
para poder verdaderamente mentir.
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