Esta noche alma, seamos
como éramos: dos.
Hablarán de mi llanto,
y mi llanto quedará escrito.
Entre el fuego y la niebla
volaré como un ave presa del viento
y de la vida.
Bajo el árbol de la ciencia
desearé mi muerte y moriré.
Seré como un peregrino soñador y ansioso.
Créanme, oh, mortales lectores:
les hablaré del miedo con temor
y asustado me lanzaré hacia sus bocas
y además callado.
No me oigan; no quieren.
Sean conmigo, sólo eso.
Ahora, riamos y miremos el mar.
Las nubes cargadas;
mi sueño lejano y
el horizonte no lo es tanto;
como para aprender a llorar, y lloré.
Lloremos juntos con la lluvia,
en este pozo llora el viento conmigo.
Ah, dichoso aquel que vino.
¡Enseñadme, sombras, a ocultarme!
Yo os enseñaré la luz para morir sin miedo.
Os enamoraré y os dejaré descansar.
Tras haber vivido conmigo lloraréis.
Lo juro.
Pero seréis valientes,
y sabréis manchar el alma de los dioses.
Ahora.
No hay comentarios:
Publicar un comentario