No hay nadie, en el silencio.
Una voz de mi silencio ahogado
que se ahoga conmigo.
Mi silencio, que me estima cuando sueño
y mi sueño que me olvida.
Soñar es soñar.
Como soñaron los hombres silenciosos.
Llueve, mi niebla
en mi silencio.
Aparto, mirada,
lloro pasión de vida
y árboles lejanos que me ahuyentan.
Viví. Tan sólo viví
mi silencio,
espira temporal.
Se oía callado y soñé de nuevo.
Viví para ser vivido
en mi poesía.
Viví para mi silencio,
en el silencio de todos
cuando vuelven a llorar.
Olor a calles mojadas, y la lluvia.
Recuerdo mi silenco,
lo recuerdo todo.
Viví, y de haber vivido
me llevo conmigo mi vida.
Viví tan sólo para ser vivido.
Sus palabras Trovador, hacen balancear mi linterna en la soledad de las butacas. Es usted grande, palabra.
ResponderEliminarMuchas gracias, Acomodador. Encantado de tenerle por estas tierras de poesía y suspiros. Siempre será un placer recibirle.
ResponderEliminarUn saludo.
T.S.L.