jueves, 6 de mayo de 2010

Pues la vida sueña
y yo no la sueño.
Porque todo sueña,
y no me sueñan.

Y de la vida su cuidado
y sus llantos de amor.
Y mi vida, junto a todo,
con mis vidas; las mías
mezcladas y abandonadas.

Mi cuerpo dejará de la vida su recuerdo;
inerte y frío, y tan viejo como el viento.

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