casi en secreto
mientras finjo
que está atrás
o delante
o a otro lado
lo que miro.
Y si lo hago luego
sin miedo y te sonrío
o me voy sin decirte nada
y sueño toda la vida contigo,
y me pregunto tu nombre,
y me pongo el abrigo
cada día sin tus manos,
entonces, después de todo,
¿Soñarías conmigo?
Pregúntale a sus ojos, son los que mejor entienden de sueños. Solo hay que verlos brillar...
ResponderEliminar