Sí, de verdad era yo el amor en la mañana
en ese paseo oscuro y diletante
que fluye por la mente en el silencio.
Te juro que te vi esconderte de la lluvia
que se nos moría en el alma, siempre,
esperando una estrella en la mirada,
y que mis sollozos han visto al tiempo
extenderte a lo largo
de los prados del espíritu
-escondidos en los labios
como dientes destrozados
que lloran la saliva de los hombres.
Y tú desnuda, te lo juro,
molesta por el ruido que a veces
la vida diluye entre los ojos
fértiles y puros
que no dejan de mirarte
porque saben que te amo.
Precioso!! Leo una y otra vez: "Te juro que te vi esconderte de la lluvia que se nos moría en el alma...". Tienen una gran belleza y me evocan recuerdos de lecturas, aunque en principio no tengan nada que ver con el significado que pareces darle tú. La lluvia siempre me deja un apetecible poso melancólico que es muy idóneo para la creación literaria y para quedarse en casa encantada leyendo un buen libro. Ay, recuerdo a la adorable Enriqueta de Liniers cuando mirando por una ventana la lluvia exclama: "Que lindo día feo".
ResponderEliminarUn saludo y felicidades por tu hermoso poema
Ana.
Muchas gracias, Ana. Siempre es un placer leer tus comentarios, dejas palabras bonitas que me alientan y me animan. Por cierto, sé que es genial y mágico el anonimato blogero, pero, ¿podría saber de tu identidad en la vida cotidiana? Eres de Bullas, como yo, por lo que veo en tu blog -que por cierto, me encanta-, pero hay tantas anas por allí jejej. Si quieres conservar tu anonimato, lo entenderé perfectamente.
ResponderEliminarUn saludo y gracias de nuevo.
T.S.L.