miércoles, 6 de junio de 2012

DIARIO OPACO DE UN MADRID NOSTÁLGICO




NOTA NO ACLARATORIA: No es costumbre dada -ay, lo sé- que un hombre que escribe -tal vez poeta, tal vez nada- explique su texto. No obstante, los versos que siguen a esta prosa precisan de un instante, si no aclaratorio, sí de amor por la experiencia. Ocurrió, pues, que Madrid me quiso. Fue en sus calles, en "un andar solitario entre la gente", cuando el peso de la historia me pobló los huesos y vi morir conmigo lo indiferente de observar el mundo sin el alma. Fue en ese paseo solitario que di por Madrid cuando vi en las calles de su casco antiguo a España; pero no la España del Imperio o del toreo, sino la España pura: su corazón y su intelecto. Lope, Quevedo, Calderón, Cervantes, Garcilaso, Fray Luis, los Machado, Unamuno y un etcétera maravillosamente infinito. Zambullirme, entonces, en el pensamiento humano, en los versos de España, en su nexo: Madrid -género literario, como Umbral la proclamaba. La ciudad del Siglo de Oro, la romántica, la regeneracionista, la de la posguerra, la del asombro siempre. Fue en esa sensación la ciudad un poeta inmenso que a mí me escribía, como "el poeta en mi costado". Así escribí los versos que siguen, en ese sueño inmenso y placentero de saberse verso de la historia; de sentir como nunca que el mundo real se esconde para siempre en la belleza. 



Yo soy un Quevedo de polvo en llama
que piensa, que llora, que camina
por tu calle de olor que contamina,
por tu tiempo y pugna, la mañana.

Y, como Lope, bebo continuo
el veneno del amor ambiguo,
y la ausencia y el infierno,
y el infierno y al fin ella.

Lo sé: tus ojos tienen sueño.
Si un bostezo tuyo, ese gemir, me persiguiera
en un triste deseo de un sueño del absurdo,
y las aristas, ninfas, en tormenta enmudecieran,
yo sabría de tu canto siempre,
sí, yo lo sabría.

Que es este sueño de la vida en que ando
casi tu ribera, tu abismo, tu niebla
donde el frío acude siempre enajenado.

A las aristas grito el susurro vivo, enamorado,
un huracán de voces mías que, al cabo,
son estrellas; dirélo: son su brillo.

Yo soñé en tu piedra de asfalto
un Campo de Castilla obnubilado,
y del sueño, Madrid, del hado,
soy yo el verso para siempre,
y tú por siempre el poeta en mi costado.  


3 comentarios:

  1. Ay mi amadísimo Madrid!! Cómo te envidio en este momento, sobre todo ese andar solitario, sintiendo el Madrid de antaño. Yo que soy una solitaria encantada de serlo y apologista de sus virtudes, todavía no he podido en mis poquitos viajes a la capital moverme sola por sus calles, increíble. Y, sobre todo, pasar una mañana entera en "La Cuesta del Moyano" mirando libros para luego irme al Retiro y leer y leer durante horas, sin prisas. Ay, y si me encontrara entre los puestos de libros a Andrés Trapiello!! No le diría nada, claro, porque cuando estás buscando entre montañas de libros si algo odias es que te interrumpan. Pero soñaría con salir en uno de sus diarios, aunque solo fuera como sombra anónima y entusiasta que siente su misma fiebre por los libros olvidados y polvorientos.

    La envidia me ciega, pero no tanto como para no ser objetiva y leer tu poesía con el mismo deleite. Madrid también te ha inspirado y sus fantasmas parecen haberse arremolinado en torno a tu pluma para sentirse vivos de nuevo por tu tinta que era su sangre. En la cuarta estrofa se siente vértigo. Y me encanta ese Machado con sus bolsillos llenos de cachivaches sentado sereno y sabio junto a ti.

    Un saludo, poeta. Y felicidades por haber visto morir contigo la indiferencia de ver el mundo sin el alma, pues hay quien no lo consigue en toda su vida y es algo tristísimo.

    Ana.

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  2. Madrid es una ciudad impresionante, y pasear solo por ahí... es sencillamente increíble. En cuanto a los libros que me recomendaste, he leído partes del PARÍS ERA UNA FIESTA, y seguramente lo coja ahora para leerlo de principio a fin, ya que he terminado los exámenes y soy libre para leer lo que quiera. Me encantó la primera escena, sobre todo la imagen del ático y el escritor solitario. Debe de ser un libro impresionante. El otro no lo conocía, y me interesa mucho, también lo leeré este verano.

    Muchas gracias por tu ánimo y tus comentarios, !Que nunca muera la poesía!

    Un gran saludo,

    T.S.L.

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  3. Me ha gustado tanto el comentario de tu paso por Madrid como la poesía dedicada a esos grandes escritores como fueron Quevedo, Góngora, Lope. Desde aquí una invitación a que participes en el recital de poesía erótica que se prepara para abril-mayo. Soy Clemen, te puedes poner en contacto conmigo en Clemen tu Madre (Facebook) o en mi e-mail: clemencia_22@hotmail. ¡Anímate!

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