jueves, 15 de septiembre de 2011

*


Mi infancia
tiene un olor
a naranja y a perfume,
tiempo desertor del mundo
agora y antes.
Somos lava, o nieve,
o simplemente escarcha
en el aire.
Agua, mineral precioso
que bellamente se oxida.
De incógnito
me visto
y me pierdo
en el humo,
una vez y otra,
y vago
desde lejos
hacia la tierra,
ésta mi
tierra
preciosa,
llena de alma,
más llena que el cántaro
volando por mi tiempo
en el estertor mudo
de la ausencia.

¿Y ésta, mi ausencia?
¿Dónde está la nada
cuando falta ella?
Mi nada
es lo que suena
en la tiniebla de
la bruma.

Dejando el vaso ausente
para llenarlo
de aire,
y lanzar el mundo
al espacio
y recorrer lo infinito
de la noche
eterna.

Podría preguntar
por el silencio,
amasarlo con
poesía y
lanzarlo con
el mundo
y con la noche.

Podría salvarme
mirando al cielo
y caminando
sin alas
en los bosques
más profundos
de esta nieve
que me ama.

Sería precioso,
sería como llegar
al infinito
y contarlo
y vivir entre deseos
eternamente y
cumplirlos,
y ser la vida
puramente viva
manchando de
amanecer el mundo
y abriendo corazones
como amapolas
vivas que amanecen.

¿Y quién no ha sentido
el mar alguna vez?

2 comentarios:

  1. Dear,
    Querido,
    Liebe,
    Drogi,
    te llamo la atención en cuatro idiomas -no domino ninguno-, pero sabes que he sentido cosas que tienen que ver con esas lenguas. Aparte de eso, quiero darte la enhorabuena por este poema que has lanzado al mundo, enriqueciendo la literatura. Pero ya basta de preámbulos diplomáticos. Cuando se te eriza el pelo, o sientes que tu corazón te arde, es cuando la poesía te llena. Es una cosa que me pasa con todas las tuyas, tio. Y, eso, drogi, liebe, dear, querido, es una virtud que has de cultivar hasta nunca, porque siempre serás poeta.

    ResponderEliminar
  2. Amigo mío, siento la tardanza en contestar a este comentario, pero tan grandes palabras no se asimilan de la noche a la mañana. Es usted, querido Antonio, una de esas personas auténticas que en el mundo aparecen como sigilosos segundos en un día brillante. Le doy mil veces las gracias, pero, ante todo, le deseo que su alma se propague por el mundo, para alimentar las otras almas que están tristes y melancólicas, suspirando por poesía, amando la nada. Un fortísimo abrazo, y mucha LEÑA

    T.S.L.

    ResponderEliminar