sábado, 13 de junio de 2009

Así es...

Arriba, cerca del tejado, no quedaban plantas. Un arbol se había secado. Subí hacia arriba, lamentado de ser un tipo demasiado alegre para escribir. Y sonreí, por primera vez, y después manché mi pecho con las letras pasadas. Y entonces, mientras respiraba al lado de la chimenea, me vino otra vez a la cabeza, sí, aquello que llaman dolor. Y lloré, mientras mi vida reposaba igual que siempre, lamentándose, sufriendo, durmiendo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario