jueves, 6 de agosto de 2009

SI ME ABRES LA VENTANA


En noches como esta, no puedo dejar de escuchar canciones que inspiran al aliento. Soy feliz con la triste alegría de sentirme un alma en pena, vagabundo de un terreno barrido, navegante de un barco pegado al cielo. Y por mis sueños me paro a descansar, con las historias de amor que me brindan un soplido en el pecho, y me acogen en la oscuridad de la juventud de la noche. Cuando el aire entra por la ventana me siento resfriado, y tu pelo me acompaña en los deseos de alcohólicos recuerdos. Miradas en la mente, miradas, y no te veo, ni te escucho, ni si quiera me acuerdo de tu voz. Y todas las personas que han pasado por mi vida me recuerdan en noches como esta, sin saber nada. Y las luces que iluminan la pequeña habitación me recuerdan a tus llantos sin sentido, aquellos que sólo servían para lavarte la cara, y así los dos poder nadar con tu pelo hacia una costa escondida, en los valles del desierto. Si me miras esta noche, podré imaginar tu ventana. Y colgarme de tus medias, si me abres esta noche. Si evitas que me encoja tiritando en el jardín, y me acaricias la espalda. Si me tientas a perderme en tus labios, y me cojes de la mano. Tan sólo, si me tientas, te hablaré como ayer. Te hablaré como aquel pequeño trovador que compone sus versos entre las caricias de la noche, y habla en solitario. Y entonces, cuando llegue la pena, estaremos los dos. Si me abres la ventana.

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