miércoles, 15 de julio de 2009

SUSPIROS EN LA MAR

Entre llantos y suspiros, arrojé mi vida al mar,
entre llantos, llantos de amargura, pesados, dolorosos,
llantos que se clavan en la razón de un valiente luchador,
que aparecen por las esquinas de las calles soñolientas;
y aquellos suspiros que acarician suavemente
el pelo de una dama.

Una ola elevó mi alma con suave perspicacia,
la corriente que me introdujo en mar abierto,
los barcos perdidos en el horizonte,
la melancolía de los naufragios inesperados,
los mensajes en botellas de cristal,
portadores de recuerdos,

y aquellos sueños disipados en las formas de las nubes,
aquellos regalos de jóvenes enamorados,
la poesía enterrada en el fondo del mar;
un loco soñador desventurado,
un loco sueño, una sonrisa,
las vidas de los viejos pescadores,
y el mar, listo y furioso, me ahoga lentamente.

Me arden los pulmones, y me puede el desaliento,
mientras una roca a lo lejos me recuerda la dureza,
y me vuelvo blando, me deshago, y miro el horizonte.

Mis ojos se esfuman, pensando en ti,
tras dejarte aislada en la memoria,
tras pasar mi vida, y llorar, llorar
de rabia, y mentir.

Saber que no puedo vivir sin tu aliento,
y que mi aliento te hará vivir,
tan pequeña como siempre, y yo tan austero,
pregunto a la vida por que no puedo morir,
y sin embargo, en un final doloroso, muero.

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