miércoles, 3 de febrero de 2010

PEQUEÑO SONETO AL MAR



Oh mar tierno enmudecido, del tiempo

herido, y callado, pareces mirar

con desdeño, quedaste sin hablar,

las voces que en un tiempo fueron hueco.


Paredes invisibles a mi llanto

son llantos pues de voces a rabiar,

voces -y su timbre- dignas a guardar

las manos del mar que lloró callando.


Vivos tus ojos que desalentados

fueron presos de la lluvia en Venecia,

mirando, mar, casi fueron callados,


fueron la imagen de bellas de Grecia,

tus manos sensibles fueron mis mantos

y la vida mis manos y tu esencia.

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