viernes, 5 de marzo de 2010

NACIDO PARA SER SALVAJE



Ayer volví a ver Easy Rider. Recordé América y, aunque nunca he estado allí, no pude evitar sentirme muy cerca de Peter Fonda y Dennis Hopper. Toda mi infancia ha sido un recuerdo, un alma entristecida, y una vida, tan sólo. Recuerdo mis meses de verano. Y tantos, tantos abrigos en el invierno. Negros, blancos, y grises. Pero el rock and roll llegó mucho más tarde. Y llegó tan fuerte que fue inutil resistirse. Fueron mis pioneros The who, llegaron luego los Credence, Iggy Pop, Nirvana, The rolling stones, Burning, Jerry Lee Lewis, Elvis, Ten years after, Lynyrd Skynyrd, Boston, Status Quo, Mooth the hopple, David Bowe, Steppenwolf, Led Zeppelin, Los Rebeldes, Kiss, The guess who, R.E.M., Free, Ramones, The Clash, (...)

Y tantos se alojaron en mi alma que no pude evitar sentirme tan raudo como optimista. Sí, lo diré, me enamoré. Mi vida eran seis cuerdas moribundas. Y mi alma fue ella, sonrojada y pálida. La llamaba Les Paul, aunque no fuera original. Y mi pequeño amplificador dándole aire y notas que me llenaban de orgullo.

Siento el ser asiduo como una mirada lasciva. Me agarra de las piernas, me mata a veces, me encarcela, y me libera al tiempo. Me toca la espalda, y me quema. Me abraza a veces, con suave benignidad.

A veces la recuerdo desde lejos, y a veces también descanso, y me canso, y lloro. Mi vida, oh, W.W. si tus palabras me hirieron, más me hirió la daga del deshonrado en mi pecho.

Y fueron en mi vida palabras, tan sólo. Y lo confieso, ¡Qué demonios! Nunca fui un tipo educado. Lastimé mi alma, y la enriquecí. No me importó nada, y en un instante me importó todo. Fue todo tan rápido que ni dolió, y lo sentí todo. Mi vida fue una piedra. Una piedra tirada en el río, corriente abajo, muriendo cada vez más rápido. El mar no está muy lejos. Todos me miraron por un momento, yo era pequeño.

Me volví a enamorar pasados los años. Y esta vez fue peor. Me sangraban las manos, y a cada instante moría, moría por no poder tener nada, moría por ser salvaje, y por haber nacido para ello. Por eso escapé, y me marché muy lejos. Y volví a ver Easy Rider, y me acerqué a la libertad, por un momento, suspiré. Como un alma envejecida, cansada del tiempo. Y de todo. Como todos, siempre.

Fue todo en un instante. Tan sólo.

2 comentarios:

  1. Buenas noches querido Trovador.
    De todos los temas que fluyen de tu alma, el de la música es el que más me llama poderosamente la atención.
    La elevas a una sublimidad digna de admirar, la amas tanto o más que a tu propia vida y es muy agradable ver, mejor dicho leer, como la acaricias y ella te da tanto.
    Me ha gustado mucho tu texto, es precioso.
    Un gran abrazo estimado amigo.

    ResponderEliminar
  2. Muchísimas gracias, Primavera.

    La música es una parte tan grande de mi vida que sin ella no sería nada. La otra parte es la literatura, por eso las uno, y mi vida queda así completa.

    Un gran saludo.

    T.S.L.

    ResponderEliminar