martes, 24 de marzo de 2009

EN MEDIO TRAGO


Si, es cierto, me
angustia la pena,
me duele la vida,
me mata la altura.

Puro masoquismo
engendrado sin escrúpulos
en mi mente, en mi,
sencillamente.

Conservo aun desgracias
singulares, macabras
artes de susurrar poesía
a un viejo tartamudo.

No lloro de penas
infundadas en tristes
alegrías, por conocidas,
rechazadas sin razón.

Me sigue la deshonra
por ser un triste
payaso de circo
perdido en el tiempo

El temporal abruma,
viento acusador, tú,
suéltame la oreja
sin dejarme la piel.

Hablando con el tiempo,
una vez más,
al lado del deseo,
al lado de un relámpago.

Incado en una esquina,
al lado de un viejo
camarero que apaga
su último cigarrillo.

Póstumo placer, vaso,
humo ardiente,
me hundo, me mancho,
vuelvo a ser yo.

Bebiendo sin motivo,
por motivo incoherente,
siento sin ver la vida,
lo admito, sin verte.

2 comentarios:

  1. Trovador,

    Es usted una caja de sorpresas. De todos los poemas que he leído, éste me gusta especialmente. Observo que el cigarro, el vaso, el bar y el alcohol son motivos recurrentes en su poética. Se dará cuenta, dentro de poco, de que todos esos elementos le abrirán a usted una nueva puerta en su percepción. Pero, ¡cuidado! Lo que verá tras ella es tan bello y enigmático como peligroso.

    Un placer leerle.

    David L. S.

    ResponderEliminar
  2. Estimado David,

    Cuanto me honra su visita por estas tierras donde mi poesía se desvanece en el falso papel virtual. Bien es cierto que entre mis temas abunda el alcohol, el tabaco y, en ocasiones, el amor. Eso es lo que me sale del corazón. Aunque bien se que puede ser peligroso el exceso etílico, pero el ambiente que recrea la soledad de una barra me parece un tema increíble para plasmarlo en el papel. Muchas gracias por su consejo, sabré, en ocasiones, mirar al horizonte pensando simplemente que la vida me acompaña.

    Un placer tenerle por aquí. Saludos y suerte.

    ResponderEliminar