miércoles, 11 de marzo de 2009

MI HOGAR, DESHABITADO

Hoy, mañana,

igual, y por maña

impasibles,sujetos

a mi mente,

se enclaustran

en un hogar deshabitado.


Vuelvo a llorar

sin manchar mi pecho,

quemando el vino,

recorriendo tu cuerpo.


Aprisionado, sin ser,

sin huir, mi alma

descansa en vilo,

por conocer el peso

de tu falsa mirada.


¿No estás harta?

me tienes anclado

en un rincón,

sin herramientas,

sin nada.


Mátame, si lo quieres,

déjame salir,

no me agarres,

quiero saber

de tu alma.


Por consuelo,

no por menos,

sigo anclado,

manchado,

atado a mi pasión.


Que desgracia,

mujer, en vela

estoy, por no

saber mucho,

siendo sabio.


Siendo, sí,

aquel que un día

rozó tu alma,

y pensó en amarla,

en vano.


Y seguir anclado

por pensar

con el alma,

con mi alma.

No hay comentarios:

Publicar un comentario